¡Hola a todos y a todas!
Esta segunda entrada de nuestro blog la vamos a dedicar a hacer una pequeña reflexión sobre nuestras dos primeras semanas de clase en el I.E.S. Francisco de los Ríos, las primeras horas de clase, nuestras primeras asignaturas, recreos etc.
El lunes 17 de septiembre comenzamos las clases a las 14 horas y las finalizamos a las 15, solo una hora para empezar a conocer a nuestros profesores, nuevos compañeros y el aula. El martes comenzó nuestro particular horario ``laboral´´ con comienzo a las 8 y media de la mañana y finalización a las 15 horas del medio día. El martes, fue un día de todo menos fácil, pues eran dignas de recuerdo nuestras caras y gestos a las 8 y media de la mañana después de todo un verano de levantarnos a horas más que tardías, estas primeras horas en las que vuelves a recordar el tacto del bolígrafo y del papel, a la vez que intentas recordar todo el contenido escolar aprendido el año pasado en cada prueba inicial mientras los profesores gastan las primeras bromas con que ya queda menos para terminar el curso. El primer recreo en el que comienzas a conocer compañeros y te habitúas a pasear por los pasillos, por los cuales tendras que estar pasando dos años, son esos primeros momentos los que merecen la pena, pues las paredes de esos pasillos y esas clases serán las que guarden todas aquellas risas, amistades, buenos y malos momentos que cada alumno pasará en su particular estancia en el Francisco de los Ríos para obtener su título de bachillerato, pues habrá suspensos, tropiezos de todo tipo, pero en el fondo lo que quedará guardado en todos nosotros será cada uno de los fantásticos momentos que viviremos allí. Ese es el pensamiento que nos inunda en cada clase de este martes, donde aunque cansados y dispuestos a comenzar con la rutina comenzamos otra importante etapa de nuestra vida.
El resto de días de la semana también fueron una especie de adaptación al centro, pues cada uno empezó a fijar los sitios donde pasaría el curso, el compañero que tendría a su lado hasta junio si los profesores así lo permitían, los profesores encargados de introducirnos en cada una de las asignaturas, etc. son las horas de más nerviosismo para el alumno, donde más cuestiones y preguntas acerca del los profesores de cada asignatura tienen lugar en su mente, pués el alumno nervioso ansía por conocer a los profesores ya que la única referencia que tiene de ellos es la fama que tienen entre el resto de compañeros de exigente, simpático o aburrido. Son en estas horas donde más errores se comenten, pues ni el que es tan exigente es tan malo como lo pintan, ni la asignatura es tan difícil si se presta un poco de atención a las explicaciones. Pero es así y no puede evitarse, este es el pensamiento incesante e incansable del alumno deseante de saber lo que le espera nadie ni nada lo puede cambiar porque es la naturaleza del ser humano la que necesita planificar su vida y saber el por qué de todo para tener una pequeña certeza de lo que le espera.
Con este conjunto de preguntas, nervios y sentimientos cada alumno afronta las primeras clases del curso. Seguro que usted, querido lector, si es también un estudiante de cualquier grado de la enseñanza se siente así en esta semana, muchas gracias por su atención y lectura. Un fuerte abrazo, Luis Carmona Fernández y Francisco Javier Aguilar Díaz.