jueves, 20 de junio de 2013

¿CAUSAN LAS GOLOSINAS HIPERACTIVIDAD?

A continuación os presentamos una nueva entrada que nos ha causado mucha impresión y queríamos compartirla con todos vosotros, la noticia ha sido obtenida del PERIÓDICO EL PAÍS, INTEGRA. Muchas gracias.

Las golosinas son una verdadera tentación para grandes y chicos. Los padres deben ser muy estrictos en su sonsumo porque, aunque sea difícil negarle un caramelo a un niño, el abuso puede ser muy perjudicial para su salud. Y los grandes también deben cuidarse de comer demasiados dulces.


Médicos endocrinólogos y pediatras coinciden en que el abuso de las golosinas pueden perjudicar el crecimiento, crean malos hábitos alimenticios y provocan caries. Además el consumod de azúcar en exceso provoca ansiedad, cambios en le estado de ánimo y , en los niños, los estresa o les prodece hiperactividad. 
Las golosinas no tienen ninguna ventaja para el organismo, y no aportan nutrientes importantes para el cuerpo, de ahí que no sea recomendable su consumo.


Al hablar de golosinas nos referimos a todo tipo de dulces como: chupetines, caramelos, pastillas de colores, caramelos de goma, chicles, algodón de azúcar, espumas, marshmalow, confites, chocolatines, todos contienen azúcar y deberíamos incluir las bebidas gaseosas azucaradas que provocan los mismos malos efectos.


La atractiva apariencia de una golosina esconde sustancias con calorías vacías que nada aportan al organismo. Y es que si bien un consumo moderado puede resultar el más grande de los placeres, su abuso puede derivar, cuanto menos, en trastornos digestivos y un aumento de caries. Así que, a la hora de comer golosinas, debemos darnos un gusto tanto grandes como chicos pero no abusar. En tus manos está que tus hijos crezcan sanos y llenos de vitalidad, con buenos hábitos alimentarios y buen humor.


Pero el principal efecto, que está demostrado que provocan las golosinas en niños es la hiperactividad. Al menos eso es lo que refrenda un estudio llevado a cabo en el Reino Unido en la prestigiosa revista médica The Lancet. El estudio demuestra que para hacer las golosinas más atractivas para los niños se utilizan colorantes y conservantes - E102, E110, E122, E124, E129 y E211 – que finalmente provocan hiperactividad.


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