miércoles, 5 de junio de 2013

Nuestra utopía...

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Las utopías son metas sociales difíciles o imposibles de llevar a cabo, puesto que se necesitaría cambiar el modelo social actual por completo para conseguir llevarlas a cabo. Mi utopía particular o personal va encaminada hacia nuestro sistema político. El actual sistema político en mi opinión es muy antiguo y contiene numerosos problemas y complicaciones fácilmente resolubles si nuestros políticos lo deseasen.

En primer lugar debo de decir que me encuentro en total acuerdo con la democracia real que existe en nuestro país, pues es un sistema en el que el pueblo tiene el poder y ejerce su mandato sobre los gobernantes que quiere que lo representen. El sistema de mayoría en el que vivimos será justo siempre que se respete el derecho de las minorías para presentarse a posibles elecciones y se respete en el congreso o senado su presencia y sus propuestas. En mi opinión, el sistema actual en parte es correcto pero no en todo, pues el primer punto que me gustaría destacar en este modelo de utopía particular, es el poder que el pueblo le da a los gobernantes. Cuando nosotros caminamos hacia las urnas para ejercer nuestro derecho al voto, estamos concediendo a los gobernantes la autoridad para tomar todo tipo de decisiones, jurídicas, exteriores, interiores, económicas, educativas... Esto es un grandísimo error, pues como sabemos, los políticos no siempre cumplen aquello que nos prometen en sus programas electorales, e incuso llevan a cabo medidas que prometen no hacer. Una solución respecto a esta medida sería crear un sistema con medidas o leyes comunes referidas a todos los aspectos, que no se pudiera cambiar entren políticas de izquierdas o de derechas al poder, puesto que sería un conjunto de normas creadas del consenso y el diálogo entre miembros de las dos ideologías y miembros del pueblo. La única posibilidad para poder modificar alguna de estas normas o leyes sería hacer una especie de referéndum en el cual el pueblo que es el principal damnificado por las decisiones que toman los gobernantes, sea el que elija si quiere que se lleve a cabo dicha medida. Sin embargo esta medida esta muy lejos de hacerse realidad puesto que una vez que vivimos en un sistema en el que existen las mayorías absolutas (Como el actual) nos vemos obligados a acatar las normas que nuestros gobernantes nos dictan, puesto que es casi imposible que se lleve a cabo una revolución en la que el pueblo sea el que haga ver a los gobernantes que no están de acuerdo con sus medidas. Ya que cada intento de rebelión es frenado mediante el miedo y la violencia.

El segundo punto que establecería en mi utopía particular sería la existencia de una especie de comité de sabios que se situaran en velo de ignorancia y que decidieran en una última instancia si la medida propuesta por el gobierno es útil o tiene posibilidad de mejora respecto a la existente, para ser votada, en último lugar por el pueblo. Sería un comité compuesto por personas pertenecientes a todos los ``estamentos sociales´´ actuales, por ejemplo: minusválidos (desigualdades merecidas), directores de empresas, empleados, mujeres, hombres... Por poner un ejemplo. Se trataría de la existencia de varios comités, de los cuales cada uno tendría un representante, el más sabio que sería el encargado de transmitir la decisión de este primer comité a un comité superior, valorando así, si estas medidas, son posibles de llevar a cabo o si tienen alguna aplicación en la realidad. Claramente, esta idea es una utopía irrealizable a día de hoy puesto que ninguna persona o casi ninguna, es capaz de situarse en velo de ignorancia, y dejar a un lado todo aquello que pueda influir en la forma de tomar una última decisión final. Si estas dos prácticas se llevaran a cabo se reducirían en gran medida las manifestaciones, huelgas generales, conflictos sociales y casos de desobediencia civil que tienen lugar hoy en día. Porque sería en mi opinión un sistema perfecto en el que todas las personas podríamos convivir respetando el sistema de mayorías y respetando a la minoría, porque las decisiones sería tomadas en función de la voz del pueblo.

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