La lectura, ¿una obligación?

¡Hola a todos de nuevo! Esta semana nos hemos retrasado un poco con la publicación de la entrada, lo sentimos mucho, pero hemos estado muy liados con los examenes finales, y como creo que sabréis, la vida de estudiante es bastante dura. En esta nueva entrada vamos a incluir una pequeña estadística la cual creemos que os hará reflexionar. La gráfica que os mostramos a continuación muestra de forma clara la relación que podemos establecer entre la cultura en los países con respecto a la lectura de libros.

Los resultados que podemos obtener de la gráfica son muy significativos, pues como conocemos mundialmente, los libros son el elemento cultural más importante en el universo, pero sin embargo en nuestro país, uno de los principales inversores europeos en ciencia, educación y cultura, los jóvenes, niños y adultos, no incluyen la lectura de libros como una de las principales actividades en las que emplean su tiempo libre, o por lo menos eso es lo que relfejan los resultados de la presente estadística. 

Una vez dicho esto, sería necesario hacernos mirar si esta inversión, esta tarea de OBLIGAR a los niños de pequeños a leer constantemente sirve para algo, o si solo lo que estamos consiguiendo con este comportamiento es que en su mente se forme como una especie de tela, muro o pared que rechace los libros, convirtiéndose posteriormente ese rechazo en odio. Quizás lo que deberíamos hacer sería crear un sistema educativo en el que la lectura fuese un gusto y no una obligación, en la que la lectura fuese un medio de difusión de información al igual que los teléfonos móviles, los ordenadores o los periódicos. Probablemente lo mejor sería hacer que los niños desde pequeños leyeran un libro por año, no un libro por asignatura y trimestre, lo cual acaba desembocando en un estrés continuo por leer 7 o 8 libros, sin exagerar en tres meses, sumados a la lectura de los correspondientes libros de texto de cada asignatura.

Este hecho acaba desembocando en un odio hacia los libros indescriptible, que propicia que en los veranos, los jóvenes en lugar de leer en la playa, prefieran quedarse en el sofá de sus respectivos pisos jugando a las vídeo consolas. Este dato, cuanto menos es decepcionante. Sin embargo otros países como Corea o Francia, mucho menos exigentes en el aspecto de la educación, consiguen que la población de su país desde jóvenes hasta adultos, se interese mucho más en la lectura que otros países como el nuestro.

Como ya he dicho antes, la lectura es cultura y sin cultura no hay vida, ni ingenieros, ni arquitectos, ni médicos, ni nada, ni siquiera fuerza o maña. Dicho esto, queridos políticos, profesores y centros de enseñanza, quizás deberíamos aprender que la lectura es algo bonito y cultural en lugar de algo obligatorio y que si no lo llevas a cabo tendrás una penalización. Ni que estuviésemos matando a alguien por dios, quién ha visto alguna vez que la incultura se penalice... Pues en nuestro país al parecer si se hace.

(LA GRÁFICA HA SIDO OBTENIDA DE: blogcued.blogspot.com)