¡Hola de nuevo a todos y a todas!
Esta nueva entrada la hemos querido dedicar al universo de las letras, ese mundo llamado abecedario compuesto por esas 32 formas delicadas, las cuales se dividen en 2 grupos sociales: el de las vocales y el de las consonantes, este último, el más numeroso. Hay letras de todo tipo, y son ellas y solo ellas, las que nos permiten expresarnos, comunicar lo que sentimos y sin que nos demos cuenta, al escribirlas son ellas las que nos identifican e indican a todos los demás cómo somos. Las letras son para nosotros algo común e incluso menospreciado, pues muchos son los inconscientes que las utilizan mal, cometiendo terribles faltas de ortografía incluso a drede, y hay otros muchos que no son capaces de apreciar todo cuanto significan, pues el ser humano para vivir necesita relacionarse, y esas relaciones las establece mediante la palabra y la frase, que se componen de todas y cada una de las letras del abecedario.
Varias líneas atrás he citado el tema de las faltas ortográficas, este es un tema muy de moda en la actualidad ya que con el nuevo apogeo de las redes sociales, mensajes de texto, etc. los jóvenes escriben textos con una gran cantidad de errores gramaticales que después inconscientemente escriben en sus exámenes, redacciones, etc, estos errores afectan principalmente a nuestros profesores/as de lengua castellana y literatura, pues al leer la palabra huevo escrita así, por ejemplo: ``güevo´´, el impacto que sufren en su visión es comparable al de miles de pequeños cristales clavándose en cada una de sus pupilas.
Nuestra forma de escribir también delata nuestra personalidad, pues se dice que una persona con la letra más pequeña que 3 mm es una persona inteligente pero en ocasiones perezosa y que no tiene mucha confianza en sí mismo, mientras que una persona con una caligrafía grande se dice que es extrovertida, independiente y amigable, pero un poco arrogante. Si no usted no se fía de estos tópicos siempre puede medir su letra y comprobar si esta la define a usted. Tambien se dice que una persona con una firma legible suele ser honesta y segura de sí misma, mientras que una persona con una letra ilegible tener algo que ocultar.
Todo esto puede interpretarse de miles de formas, pero lo que si es seguro es que nosotros en sí somos letras, ya que por ejemplo, nuestra mayor seña de identidad que es nuestro nombre se compone de ellas, y aunque no nos demos cuenta son tan necesarias para nosotros como el agua o el aire que respiramos, pues el ser humano es en si una letra mas del abecedario llamado mundo.
