A continuación os presentamos una nueva entrada que nos ha causado mucha impresión y queríamos compartirla con todos vosotros, la noticia ha sido obtenida del PERIÓDICO EL PAÍS, INTEGRA. Muchas gracias.
Las golosinas son una verdadera tentación para
grandes y chicos. Los padres deben ser muy estrictos en su sonsumo porque,
aunque sea difícil negarle un caramelo a un niño, el abuso puede ser muy
perjudicial para su salud. Y los grandes también deben cuidarse de comer
demasiados dulces.
Médicos endocrinólogos y pediatras coinciden en
que el abuso de las golosinas pueden perjudicar el crecimiento, crean malos
hábitos alimenticios y provocan caries. Además el consumod de azúcar en exceso
provoca ansiedad, cambios en le estado de ánimo y , en los niños, los estresa o
les prodece hiperactividad.
Las golosinas no tienen ninguna ventaja para el
organismo, y no aportan nutrientes importantes para el cuerpo, de ahí que no
sea recomendable su consumo.
Al hablar de golosinas nos referimos a todo tipo
de dulces como: chupetines, caramelos, pastillas de colores, caramelos de goma,
chicles, algodón de azúcar, espumas, marshmalow, confites, chocolatines, todos
contienen azúcar y deberíamos incluir las bebidas gaseosas azucaradas que
provocan los mismos malos efectos.
La atractiva apariencia de una golosina esconde
sustancias con calorías vacías que nada aportan al organismo. Y es que si bien
un consumo moderado puede resultar el más grande de los placeres, su abuso
puede derivar, cuanto menos, en trastornos digestivos y un aumento de caries.
Así que, a la hora de comer golosinas, debemos darnos un gusto tanto grandes
como chicos pero no abusar. En tus manos está que tus hijos crezcan sanos y
llenos de vitalidad, con buenos hábitos alimentarios y buen humor.
Pero el principal
efecto, que está demostrado que provocan las golosinas en niños es la hiperactividad.
Al menos eso es lo que refrenda un estudio llevado a cabo en el Reino Unido en
la prestigiosa revista médica The Lancet. El estudio demuestra
que para hacer las golosinas más atractivas para los niños se utilizan colorantes
y conservantes - E102, E110, E122, E124, E129 y E211 – que finalmente
provocan hiperactividad.